Recientemente, todo el mundo se entristeció al escuchar la noticia de que uno de los sacerdotes, Miguel Luna, quien sirvió a esta Diócesis, reconoció haber abusado de una joven adolescente en los años ochenta. Una de mis tareas más desgarradoras como obispo, ha sido hablar con las víctimas de tal abuso, escuchar su historia y sentir el terrible dolor que debieron haber soportado constantemente, durante y durante muchos años.
Ha tomado a la Iglesia y a la sociedad en conjunto, un largo tiempo para enfrentar este problema y reconocer la profundidad del daño que se produce cuando una persona que se supone que representa a Dios, utiliza a un niño o a cualquier otra persona para su propio pervertido y lujuriosos propósitos. Muchas víctimas del abuso lucharán para recuperarse a través de sus vidas. Las víctimas de abuso cometido por un sacerdote, a menudo también y comprensiblemente, luchan con su relación con Dios y con la Iglesia Continuo sintiendo profundamente el dolor que estos miembros de la Iglesia han causado. Durante muchos años, he ayunado y rezado con regularidad por todas las víctimas del abuso. Como diócesis, hemos estado trabajando con estas víctimas cuando se acercan a través de las oficinas de la Coordinadora de Asistencia a Víctimas, Susan Martínez, LCSW. Ella siempre está dispuesta a escuchar a las víctimas que nos buscan y a darles cualquier ayuda que nosotros como Diócesis podemos ofrecer para su sanación. También hemos puesto en marcha un proceso mediante el cual podemos investigar las denuncias de abuso. Por supuesto, siempre recomendamos que una víctima se acerque a la policía, si es que no lo han hecho. Tenemos un sobresaliente Comité de Respuesta Pastoral, el cual está formado por asesores profesionales y por otras personas independientes de la Diócesis y quienes son expertos en la realización de investigaciones sobre estas acusaciones. Ellos presentan sus hallazgos a nuestra Junta de Revisión, la cual saca conclusiones y recomienda acciones concernientes a las consecuencias para el agresor y asistencia para la víctima. Así como ustedes ya deben de saber, este problema del abuso sexual no es sólo un problema dentro de la Iglesia, sino que se encuentra en todas las instituciones de la sociedad, incluyendo escuelas, organizaciones juveniles y dentro de las mismas familias. Una de las respuestas proactivas que hemos tomado a este flagelo del abuso, es la institución de un nuevo programa para la formación de clérigos, personal y voluntarios en parroquias y escuelas católicas. Tuvimos ya un programa ya instituido durante algún tiempo, pero bajo mi dirección contratamos a una Coordinadora de Medio Ambiente Seguro, por tiempo completo, Diana Bulko, MPS. Se le dio a ella la tarea de buscar el programa más eficaz sobre la formación de ambiente seguro, la cual está actualmente disponible. Decidimos conseguir el programa conocido como VIRTUS. Hace ya dos años que hemos estado usando este programa y en este breve tiempo hemos capacitado a más de 15,000 personas, incluyendo al clero, personal diocesano y parroquial, voluntarios parroquiales y escolares, en toda la Diócesis. Cada escuela parroquial y católica de la Diócesis tiene un coordinador de ambiente seguro ahí mismo en la escuela y/o parroquia y bajo su dirección se han llevado a cabo chequeos de fondo nacionales y se ofrecen más de 500 clases en parroquias y escuelas católicas cada año. Las personas son entrenadas en cuanto a cómo reconocer signos de conducta inapropiada y estar al tanto de los indicadores presentes cuando un niño está experimentando abuso. Les invito a que oren y a que trabajen conmigo para que podamos erradicar este terrible mal de entre nosotros, de la Iglesia, de nuestras instituciones, de nuestras familias, de toda la sociedad. Todo el mundo tiene un papel en esta lucha. En la lucha contra el abuso, la ignorancia es uno de nuestros mayores enemigos. Usted puede ayudar a hacer de nuestras comunidades, lugares donde todos los niños y adultos que son vulnerables puedan estar verdaderamente seguros y amados, respetados y servidos como Jesús nos ha enseñado. Obispo Mark
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AuthorMost Rev. Mark J. Seitz Archives
May 2020
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