On a Thursday, January 25th, of 1918 a small group gathered in St. Patrick’s, the recently dedicated Cathedral of the newly formed Diocese of El Paso and our first bishop, Joseph Schuler, Ordained to the Priesthood a young man from Chihuahua, Mexico. His name was Pedro de Jesus Maldonado. He came to El Paso for his Ordination because his own bishop was being treated in Mexico City for an illness. Besides, public worship was a risky activity in Chihuahua in those days during the Mexican Revolution and prior to the Cristero War.
Pedro prostrated himself upon the floor of the Cathedral as the Litany of the Saints was invoked and the bishop added his petition that the Holy Spirit would consecrate this young man to priestly service. After the prayer Pedro approached the bishop who solemnly laid hands upon his head. As Pedro knelt before him the bishop continued with the consecratory prayer asking that God would renew within him the Spirit of holiness and that he might be a faithful steward of God’s Mysteries. Bishop Schuler prayed that through Pedro God’s people would be renewed in the waters of rebirth through Baptism, nourished at God’s altar through the Eucharist, reconciled through the Sacrament of Penance and that the sick might be raised up through the Sacrament of Anointing of the Sick. So began the priestly service of this young Chihuahuan. Presumably his first Mass would also have been celebrated in El Paso although the formal celebration took place in Chihuahua on February 11th of that year. He served at the parish of San Nicolás de Carretas for a number of years. At the time of his arrival an epidemic was spreading among the people there and he served them without fear. Then in 1924 he was assigned to the parish of San Isabel, south of Chihuahua. He energetically set about teaching the faith sometimes using songs and dramas to convey the message. He initiated Nocturnal Adoration in his Diocese and he established the first Council of the Knights of Columbus. Although the Cristero war had ended great antipathy toward the Church continued in Chihuahua. In 1934 Fr. Maldonado was deported by the government to El Paso but he quickly returned to serve his people. Upon his return he began living in hiding in a small village outside of Santa Isabel named Boquilla del Río. On Ash Wednesday, February 10th of 1937, after hearing Confessions, Fr. Pedro was captured by a group of police and others. He was marched barefoot into the city hall of San Isabel followed by faithful women of the parish. There he was brutally beaten by city officials. Struck in the head by a pistol he fell to the floor covered in blood. The pix filled with hosts he was carrying fell out and one of his attackers forced him to consume them before he lost consciousness. It was his last Communion, Viaticum. The next day, February 11, 1937, on the 19th Anniversary of his First Mass, Fr. Pedro de Jesus Maldonado died. His Faith, his courage and his dedication to the service of God’s people has never been forgotten. On May 21st, of 2000, Fr. Maldonado along with 24 other martyrs of the Cristero War was canonized as a Saint by Pope John Paul II. It is with great pride that we in El Paso recall our significant role in San Pedro’s life! It was here in our Cathedral that he received the gift of the Spirit and his call to service as a priest was confirmed. I hope you will join me as we gather at St. Patrick’s Cathedral along with the Archbishop of Chihuahua, members of his family and many others on Thursday, January 25th at 7:00 p.m. to celebrate the Centenary of his Ordination. Check the entire schedule of events which will take place that week. We here in El Paso can make a claim few communities can make: we have a Saint! San Pedro de Jesus Maldonado, pray for us! Bp. Mark
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El jueves 25 de Enero de 1918 un pequeño grupo se reunió en la Iglesia San Patricio, la recientemente dedicada Catedral de la recién formada Diócesis en El Paso y donde nuestro primer Obispo, Joseph Schuler, ordenó al Sacerdocio a un joven de Chihuahua, México. Su nombre era Pedro de Jesús Maldonado. El vino a El Paso para ordenarse como sacerdote porque su propio Obispo estaba siendo tratado en la Ciudad de México por una enfermedad. Además, el culto público era una actividad arriesgada en Chihuahua en esos días durante la Revolución Mexicana y antes de la Guerra Cristera.
Pedro se postró en el piso de la Catedral cuando se invocó la letanía de los santos y el obispo añadió su petición de que el Espíritu Santo consagrara a este joven al servicio sacerdotal. Después de la oración, Pedro se acercó al Obispo, quien solemnemente le puso las manos en la cabeza. Cuando Pedro se arrodilló ante él, el Obispo continuó con la oración consagrada pidiendo que Dios renovara en su interior el Espíritu de santidad y que pudiera ser un fiel administrador de los Misterios de Dios. El Obispo Schuler oró para que por medio de Pedro el pueblo de Dios fuese renovado en las aguas del renacimiento por el Bautismo, nutrido en el altar de Dios a través de la Eucaristía, reconciliado por el Sacramento de la Penitencia y que los enfermos pudieran ser resucitados por el Sacramento de la Unción de los Enfermos. Así comenzó el servicio sacerdotal de este joven Chihuahuense. Es de suponer que su primera Misa también se habría celebrado en El Paso, aunque la celebración formal tuvo lugar en Chihuahua, el 11 de febrero de ese mismo año. Presto sus servicios en la parroquia de San Nicolás de Carretas durante varios años. En el momento de su llegada, una epidemia se estaba extendiendo entre la gente de allí y él les servía sin temor. Luego, en 1924, fue asignado a la parroquia de San Isabel, al sur de Chihuahua. Enérgicamente se dedicó a enseñar la fe, a veces usando canciones y dramas para transmitir el mensaje. Inició la Adoración Nocturna en su Diócesis y estableció el primer Consejo de los Caballeros de Colón. Aunque la guerra de los Cristeros había terminado, continuaba una gran antipatía hacia la Iglesia en Chihuahua. En 1934 el Padre Maldonado fue deportado por el gobierno a El Paso, pero él se regresó rápidamente para servir a su pueblo. A su regreso, comenzó a vivir escondido en un pequeño pueblo a las afueras de Santa Isabel, llamada también Boquilla del Río. El 10 de febrero de 1937, Miércoles de Ceniza, después de escuchar confesiones, el Padre Pedro fue capturado por un grupo de policías y otras personas. Lo llevaron descalzo al ayuntamiento de San Isabel seguido de mujeres fieles de la parroquia. Allí fue brutalmente golpeado por los funcionarios de la ciudad. Golpeado en la cabeza por una pistola, cayó al suelo cubierto de sangre. La copa llena de consagraciones que llevaba se cayó y uno de sus atacantes lo obligó a consumirlos antes de perder el conocimiento. Fue su última Comunión, el Viático (la Eucaristía otorgada a una persona cercana o en peligro de muerte). Al día siguiente, el 11 de febrero de 1937, en el 19 ° aniversario de su primera Misa, el Padre Pedro de Jesús Maldonado murió. Su fe, su coraje y su dedicación al servicio del pueblo de Dios nunca han sido olvidados. El 21 de mayo del 2000, el Padre Maldonado, junto con otros 24 mártires de la Guerra de los Cristeros, fue canonizado como Santo por el Papa Juan Pablo II. ¡Es con gran orgullo que en El Paso recordamos nuestro importante papel en la vida de San Pedro! Fue aquí en nuestra Catedral donde recibió el don del Espíritu y donde su llamado al servicio como sacerdote fue confirmado. Espero que nos acompañen cuando nos reunamos en la Catedral de San Patricio, junto con el Arzobispo de Chihuahua, miembros de su familia y muchas otras personas. El jueves 25 de enero, a las 7:00 p.m. para celebrar el Centenario de su Ordenación. Verifique el calendario completo de eventos que tendrá lugar esa misma semana. Aquí en El Paso podemos hacer un reclamo que pocas comunidades pueden hacer: ¡tenemos un Santo! ¡San Pedro de Jesús Maldonado, ruega por nosotros! Obispo Mark |
AuthorMost Rev. Mark J. Seitz Archives
May 2020
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