Statement from The Most Rev. Mark J. Seitz, D.D.
Statement on the Decision to Decriminalize Abortion in Mexico
September 7, 2021
What happens on one side of the border reverberates on both sides. The decision of the Mexican Supreme Court that clears the way for the legalization of abortion in Mexico marks a sad retreat from the longstanding commitment rooted in Mexican culture and faith that recognizes every human being and especially the most vulnerable to be deserving of protection and respect, no matter their circumstances. While criminalizing the woman who in fear feels forced to make this terrible choice is not the answer, ignoring the human dignity of the unborn child and violently taking his or her life is not a solution either.
We all need to work to create a society in which every human being’s life is respected and protected whether that person is an immigrant fleeing life threatening situations in their home country, a person who is sick or disabled or elderly or a child in the first stages of life in his or her mother’s womb.
True respect for the rights of women will never be accomplished by giving to any human being the authority to kill an unborn girl. A society that truly respects women would provide mothers all the support they need to bring their children to life so that they could raise the child or offer the child to some deserving family for adoption.
I pray that our Mother Mary, the Mestiza of Guadalupe, who is a symbol across borders of hospitality, the protection of the vulnerable and solidarity with the defenseless will show us the way to a new respect for the life and dignity of all.
Bp. Mark Seitz
Bishop of El Paso
September 7, 2021
What happens on one side of the border reverberates on both sides. The decision of the Mexican Supreme Court that clears the way for the legalization of abortion in Mexico marks a sad retreat from the longstanding commitment rooted in Mexican culture and faith that recognizes every human being and especially the most vulnerable to be deserving of protection and respect, no matter their circumstances. While criminalizing the woman who in fear feels forced to make this terrible choice is not the answer, ignoring the human dignity of the unborn child and violently taking his or her life is not a solution either.
We all need to work to create a society in which every human being’s life is respected and protected whether that person is an immigrant fleeing life threatening situations in their home country, a person who is sick or disabled or elderly or a child in the first stages of life in his or her mother’s womb.
True respect for the rights of women will never be accomplished by giving to any human being the authority to kill an unborn girl. A society that truly respects women would provide mothers all the support they need to bring their children to life so that they could raise the child or offer the child to some deserving family for adoption.
I pray that our Mother Mary, the Mestiza of Guadalupe, who is a symbol across borders of hospitality, the protection of the vulnerable and solidarity with the defenseless will show us the way to a new respect for the life and dignity of all.
Bp. Mark Seitz
Bishop of El Paso
Declaración sobre la decisión de despenalizar el aborto en México
7 de septiembre de 2021
Lo que ocurre en un lado de la frontera repercute en ambos lados. La decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que despeja el camino para la legalización del aborto en México marca un triste retroceso en el compromiso de larga data arraigado en la cultura y la fe mexicana que reconoce a todo ser humano y especialmente a los más vulnerables como merecedores de protección y respeto, sin importar sus circunstancias. Si bien criminalizar a la mujer que con miedo se siente obligada a tomar esta terrible decisión no es la respuesta, ignorar la dignidad humana del niño por nacer y quitarle la vida con violencia tampoco es una solución.
Todos debemos trabajar para crear una sociedad en la que se respete y proteja la vida de todos los seres humanos, ya sea un inmigrante que huye de situaciones que amenazan su vida en su país de origen, una persona enferma o discapacitada o anciana o un niño en las primeras etapas de su vida en el vientre de su madre.
El verdadero respeto a los derechos de la mujer nunca se logrará dando a cualquier ser humano la autoridad para matar a una niña no nacida. Una sociedad que respeta verdaderamente a las mujeres proporcionaría a las madres todo el apoyo que necesitan para dar vida a sus hijos, de modo que puedan criarlos u ofrecerlos a alguna familia que los merezca para su adopción.
Rezo para que nuestra Madre María, la Mestiza de Guadalupe, que es un símbolo más allá de las fronteras de la hospitalidad, la protección de los vulnerables y la solidaridad con los indefensos, nos muestre el camino hacia un nuevo respeto por la vida y la dignidad de todos.
Bp. Mark Seitz
Obispo de El Paso
7 de septiembre de 2021
Lo que ocurre en un lado de la frontera repercute en ambos lados. La decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que despeja el camino para la legalización del aborto en México marca un triste retroceso en el compromiso de larga data arraigado en la cultura y la fe mexicana que reconoce a todo ser humano y especialmente a los más vulnerables como merecedores de protección y respeto, sin importar sus circunstancias. Si bien criminalizar a la mujer que con miedo se siente obligada a tomar esta terrible decisión no es la respuesta, ignorar la dignidad humana del niño por nacer y quitarle la vida con violencia tampoco es una solución.
Todos debemos trabajar para crear una sociedad en la que se respete y proteja la vida de todos los seres humanos, ya sea un inmigrante que huye de situaciones que amenazan su vida en su país de origen, una persona enferma o discapacitada o anciana o un niño en las primeras etapas de su vida en el vientre de su madre.
El verdadero respeto a los derechos de la mujer nunca se logrará dando a cualquier ser humano la autoridad para matar a una niña no nacida. Una sociedad que respeta verdaderamente a las mujeres proporcionaría a las madres todo el apoyo que necesitan para dar vida a sus hijos, de modo que puedan criarlos u ofrecerlos a alguna familia que los merezca para su adopción.
Rezo para que nuestra Madre María, la Mestiza de Guadalupe, que es un símbolo más allá de las fronteras de la hospitalidad, la protección de los vulnerables y la solidaridad con los indefensos, nos muestre el camino hacia un nuevo respeto por la vida y la dignidad de todos.
Bp. Mark Seitz
Obispo de El Paso