Statement from Bishop Mark J. Seitz Regarding the U.S. Supreme Court Decision Striking Down Roe v. Wade
June 24, 2022
The life, death and Resurrection of Jesus, show us a God deeply in love with each one of us. In God’s eyes, each of us is loved, each of us is valuable, each of us is necessary and needed, and none of us can be taken for granted.
That is what grounds our conviction that all life is sacred and that none of us is worthy to decide who lives and who dies. That is for God alone. For this reason, the Catholic community has always been pro-life. Against the death penalty. Against war. Against abortion. For families. For women. For humanity.
Today’s overturning of Roe vs. Wade comes as a relief for many who are committed to the defense of all human life. Abortion is never the solution. Make no mistake, any time we can advance the defense of human dignity in our laws, we are making progress.
I understand that the Supreme Court decision will also come as a shock to many. Many are worried about the potential of criminalizing women living through difficult and vulnerable moments. Many are also worried about the ‘winner take all’ politics gripping and our nation and how this moment could be used to further divide us.
But remember this: One of our country’s greatest leaders in the Civil Rights Movement, Fannie Lou Hamer, reminded us that ‘nobody’s free until everybody’s free’. And Dr. Martin Luther King, Jr. put it another way, that ‘injustice anywhere is a threat to justice everywhere’.
That is why as people of faith, today and tomorrow, we must remain unambiguously pro-life, in support of the life of the unborn and every human being.
And that also means we must work like never before to ensure that women are supported, promoted at all levels of society, empowered to welcome the gift of life, and never targeted or criminalized. We must be about the task of ensuring that families are supported with living wages, access to affordable healthcare, educational and work opportunities, pathways to citizenship for those who are undocumented, and that they are backed up by our churches with genuine solidarity.
This is hard work. But it is what it means to be pro-life. And it is the Gospel.
Bishop Mark J. Seitz
Bishop of the Diocese of El Paso
June 24, 2022
The life, death and Resurrection of Jesus, show us a God deeply in love with each one of us. In God’s eyes, each of us is loved, each of us is valuable, each of us is necessary and needed, and none of us can be taken for granted.
That is what grounds our conviction that all life is sacred and that none of us is worthy to decide who lives and who dies. That is for God alone. For this reason, the Catholic community has always been pro-life. Against the death penalty. Against war. Against abortion. For families. For women. For humanity.
Today’s overturning of Roe vs. Wade comes as a relief for many who are committed to the defense of all human life. Abortion is never the solution. Make no mistake, any time we can advance the defense of human dignity in our laws, we are making progress.
I understand that the Supreme Court decision will also come as a shock to many. Many are worried about the potential of criminalizing women living through difficult and vulnerable moments. Many are also worried about the ‘winner take all’ politics gripping and our nation and how this moment could be used to further divide us.
But remember this: One of our country’s greatest leaders in the Civil Rights Movement, Fannie Lou Hamer, reminded us that ‘nobody’s free until everybody’s free’. And Dr. Martin Luther King, Jr. put it another way, that ‘injustice anywhere is a threat to justice everywhere’.
That is why as people of faith, today and tomorrow, we must remain unambiguously pro-life, in support of the life of the unborn and every human being.
And that also means we must work like never before to ensure that women are supported, promoted at all levels of society, empowered to welcome the gift of life, and never targeted or criminalized. We must be about the task of ensuring that families are supported with living wages, access to affordable healthcare, educational and work opportunities, pathways to citizenship for those who are undocumented, and that they are backed up by our churches with genuine solidarity.
This is hard work. But it is what it means to be pro-life. And it is the Gospel.
Bishop Mark J. Seitz
Bishop of the Diocese of El Paso
Declaración del Obispo Mark J. Seitz sobre la decisión de la Corte Suprema de los Estados Unidos decisión de la Corte Suprema de los Estados Unidos que anula el caso Roe vs. Wade
24 de junio de 2022
La vida, la muerte y la resurrección de Jesús nos muestran a un Dios profundamente enamorado de cada uno de nosotros. A los ojos de Dios, cada uno de nosotros es amado, cada uno de nosotros es valioso, cada uno de nosotros es necesario y necesitado, y ninguno de nosotros puede ser dado por sentado.
Eso es lo que fundamenta nuestra convicción de que toda vida es sagrada y que ninguno de nosotros es digno de decidir quién vive y quién muere. Eso le corresponde sólo a Dios. Por eso, la comunidad católica siempre ha estado a favor de la vida. Contra la pena de muerte. Contra la guerra. Contra el aborto. Por las familias. Por las mujeres. Por la humanidad.
La anulación hoy de Roe vs. Wade supone un alivio para muchos que están comprometidos con la defensa de toda vida humana. El aborto nunca es la solución. No nos equivoquemos, cada vez que podemos avanzar en la defensa de la dignidad humana en nuestras leyes, estamos progresando.
Comprendo que la decisión del Tribunal Supremo también será un shock para muchos. Muchos están preocupados por la posibilidad de criminalizar a las mujeres que viven momentos difíciles y vulnerables. Muchos también están preocupados por la política de “el ganador se lo lleva todo” que se apodera de nuestra nación y por cómo este momento podría utilizarse para dividirnos aún más.
Pero recuerden esto: Una de las mayores líderes de nuestro país en el Movimiento por los Derechos Civiles, Fannie Lou Hamer, nos recordó que “nadie es libre hasta que todo el mundo es libre”. Y el Dr. Martin Luther King, Jr. lo expresó de otra manera, que “la injusticia en cualquier lugar es una amenaza para la justicia en todas partes”.
Por eso, como personas de fe, hoy y mañana, debemos permanecer inequívocamente a favor de la vida, en apoyo de la vida del no nacido y de todo ser humano.
Y eso también significa que debemos trabajar como nunca antes para garantizar que las mujeres sean apoyadas, promovidas en todos los niveles de la sociedad, capacitadas para acoger el don de la vida, y que nunca sean atacadas o criminalizadas. Debemos ocuparnos de la tarea de garantizar que las familias reciban un salario digno, acceso a una asistencia sanitaria asequible, oportunidades educativas y laborales, vías de acceso a la ciudadanía para los indocumentados, y que nuestras iglesias las respalden con auténtica solidaridad.
Es un trabajo duro. Pero es lo que significa estar a favor de la vida. Y es el Evangelio.
Obispo Mark J. Seitz
Obispo de la Diócesis de El Paso
24 de junio de 2022
La vida, la muerte y la resurrección de Jesús nos muestran a un Dios profundamente enamorado de cada uno de nosotros. A los ojos de Dios, cada uno de nosotros es amado, cada uno de nosotros es valioso, cada uno de nosotros es necesario y necesitado, y ninguno de nosotros puede ser dado por sentado.
Eso es lo que fundamenta nuestra convicción de que toda vida es sagrada y que ninguno de nosotros es digno de decidir quién vive y quién muere. Eso le corresponde sólo a Dios. Por eso, la comunidad católica siempre ha estado a favor de la vida. Contra la pena de muerte. Contra la guerra. Contra el aborto. Por las familias. Por las mujeres. Por la humanidad.
La anulación hoy de Roe vs. Wade supone un alivio para muchos que están comprometidos con la defensa de toda vida humana. El aborto nunca es la solución. No nos equivoquemos, cada vez que podemos avanzar en la defensa de la dignidad humana en nuestras leyes, estamos progresando.
Comprendo que la decisión del Tribunal Supremo también será un shock para muchos. Muchos están preocupados por la posibilidad de criminalizar a las mujeres que viven momentos difíciles y vulnerables. Muchos también están preocupados por la política de “el ganador se lo lleva todo” que se apodera de nuestra nación y por cómo este momento podría utilizarse para dividirnos aún más.
Pero recuerden esto: Una de las mayores líderes de nuestro país en el Movimiento por los Derechos Civiles, Fannie Lou Hamer, nos recordó que “nadie es libre hasta que todo el mundo es libre”. Y el Dr. Martin Luther King, Jr. lo expresó de otra manera, que “la injusticia en cualquier lugar es una amenaza para la justicia en todas partes”.
Por eso, como personas de fe, hoy y mañana, debemos permanecer inequívocamente a favor de la vida, en apoyo de la vida del no nacido y de todo ser humano.
Y eso también significa que debemos trabajar como nunca antes para garantizar que las mujeres sean apoyadas, promovidas en todos los niveles de la sociedad, capacitadas para acoger el don de la vida, y que nunca sean atacadas o criminalizadas. Debemos ocuparnos de la tarea de garantizar que las familias reciban un salario digno, acceso a una asistencia sanitaria asequible, oportunidades educativas y laborales, vías de acceso a la ciudadanía para los indocumentados, y que nuestras iglesias las respalden con auténtica solidaridad.
Es un trabajo duro. Pero es lo que significa estar a favor de la vida. Y es el Evangelio.
Obispo Mark J. Seitz
Obispo de la Diócesis de El Paso